Ya se encuentra en mi poder el último libro publicado que contiene cuentos y relatos. Feliz de su contenido porque creo haber logrado lo que deseaba.
Editó Ediciones de Las Tres Lagunas-Junín, con un trabajo impecable como siempre. Se presentará en la Feria del Libro de aquella ciudad y tal vez en fecha a confirmar en Los Toldos. Próximamente en venta en Tábara y La Botica.
Los dejo con el prólogo del mismo que refleja sin lugar a dudas mi visión completa de vida, que no solo está reflejada en este libro; sino en todos los que he editado hasta el día de hoy: 13, y 5 reediciones ampliadas, corregidas y actualizadas de algunos de ellos.
PREFACIO
Desde Aristóteles, y posiblemente desde ante aún, se sostenía que el arte es imitación de la naturaleza y ningún artista se sentía ofendido por esta afirmación. Muy por el contrario, ellos se congratulaban si, acaso, algún pájaro intentaba picotear las frutas de alguna naturaleza muerta o las representadas en cualquier paisaje pues ello significaba que la imitación había sido perfecta.
Pero Oscar Wilde, en “La decadencia de la mentira”, una teoría del arte presentada como un diálogo entre Cyril y Vivian y que vio la luz en 1889, sostuvo que es la naturaleza la que imita al arte pues hay dimensiones de la naturaleza que sólo somos capaces de ver cuando el arte las crea o, mejor dicho, cuando el arte nos enseña a verlas. Wilde ponía el ejemplo de las puestas de sol y decía que, hasta que un pintor genial no nos mostró su belleza no fuimos capaces de pasmarnos ante el espectáculo maravilloso de un horizonte encendido. De ahí la idea de algunos que no comprendieron ni la fina ironía ni la profundidad del pensamiento de Wilde, de que el artista es tan Creador como el Dios Creador.
Lo que antecede viene a cuento porque naturaleza y arte, arte y naturaleza es la matriz en la que se sustenta este nuevo libro de relatos y cuentos de Etel Carpi, “Imaginario de amor”, una compilación de escenarios y sucesos poblados de esos seres vivos maravillosos que la naturaleza nos prodiga tanto para nuestro deleite como para nuestro aprendizaje.
Etel Carpi - 10
Mucho se ha debatido entre intelectuales aficionados reunidos en alguna mesa de café acerca de esta inexistente dicotomía: el arte imita a la naturaleza o la naturaleza imita al arte y, en realidad, ambas concepciones son estrictamente verdaderas y, en cierta forma, el demostrárnoslo se encuentra ahora en la pluma de esta escritora y en este libro en particular. No en vano, la autora es, al mismo tiempo que escritora, pintora y fotógrafa, una viajera infatigable movida por unas ansias auténticas de ir en busca de las maravillas que nos provee por doquier la Madre Naturaleza. Etel tiene el don de saber descubrir en cada pájaro, en cada vegetación, en cada paisaje, en cada animal, la magia de la perfección, es decir, la armonía, el equilibrio, la coherencia entre las partes de un todo, descubrir y captar, retener esa belleza perfecta del mundo natural para devolvérnoslo convertido en arte, sea mediante el lenguaje de las formas y los colores, sea mediante la palabra escrita, porque es posible que muchos de nosotros no seamos capaces de advertir en un árbol, en un pájaro o en una flor esa obra de arte magnífica que la naturaleza, generosamente, nos regala.
Y sí, el libro se titula “Imaginario de amor”, porque para que esa dialéctica entre la naturaleza y el arte que la autora nos propone en este libro, es indubitablemente necesaria la presencia del amor, amor a la naturaleza, amor al arte y en definitiva, un intenso amor hacia lo perfecto.
Está el amor y, con el amor, la paz, porque para Etel Carpi no hay ni debe haber fisuras entre la naturaleza, la armonía, la perfección, el arte, la paz y el amor. Estos son los vectores fundamentales de su mundo, de un mundo que ha elegido y que ha creado y, al mismo tiempo, de un mundo que nos ofrece con su escritura para que seamos partícipes de aquello que es esencial y que, por ello mismo, da sentido a la vida.
Si bien su trajinar de viajera la lleva, más que nada, por los senderos de nuestra Patria, también su caminar se extiende a otros países, otros paisajes, otros mundos naturales, pero la actitud, la disposición, es siempre la misma, inquebrantable y casi obsesiva captadora de todo cuanto la rodea, inquebrantable a la hora de disponer de todos sus sentidos, la vista, el olfato, el tacto, el oído, para que hasta el más mínimo detalle quede guardado en su interior. Luego, luego sí, lo volcará sin duda en colores y en palabras, tal vez con el deseo, confeso o inconfeso, de despertar el alma de otros seres humanos que, quizás sometidos por un tiempo asaz inclemente para con el mundo natural, sobreviven sordos y ciegos en una jungla de humo, de bocinas, de paredones, de luces de neón, de plástico y de negación de la vida natural.
La autora, salvo en alguna ocasión, no nos cuenta hechos, acciones, sino que se deleita y se detiene en puntillosas y prolíficas descripciones, a tal punto que hasta podemos creernos nosotros mismos los viajeros. Sí, viajamos con ella, de su mano, y vemos, olemos y tocamos lo que ella misma ve, huele y toca. Y es que la magia de la escritura redunda exactamente en esto, en hacernos partícipes, en involucrarnos y, tal vez, Dios lo quiera, viajando con la autora lleguemos a ser capaces de descubrir y disfrutar de la belleza, la paz y la armonía que nos ha legado quienquiera que sea el autor de la Creación.
Etel Carpi - 12
Este libro que hoy prologo es, además, un voto de fe en la capacidad del hombre de volver sobre sí mismo, de re-crearse, de com-prenderse dentro de un mundo del que forma parte y de la ineludible necesidad de reunirse con la naturaleza para conformar un todo. En este sentido, yo diría que Etel Carpi cumple una suerte de misión religiosa en el sentido de re-ligare, de volver a ligar el alma con el cuerpo, el cielo con la tierra, una evangelizadora de la paz y la armonía.
Conmigo quedan los pájaros, los árboles, los peces, los pantanos, los arroyos, las piedras, las vizcachas, los ciervos, los ñandubay, las gaviotas, las dunas, la lluvia, las mariposas, los carpinchos, los flamencos, los mil colores del sol y los mil sonidos del viento y del mar, pero quedan también conmigo los senderos labrados con palabras, esos senderos que este libro me invitó a transitar.
LONG-OHNI
Imaginario de Amor - 13
Tapa final.