MORIR
EN LUZ.
(“DESENCUENTRO DE COLOSOS”)
El
frío iba dejando sus huellas en mis manos
y el viento juguetón se estrellaba en su destino
de caminante inquieto barriendo los caminos
por donde se abrió mi alma verde de ser humano.
y el viento juguetón se estrellaba en su destino
de caminante inquieto barriendo los caminos
por donde se abrió mi alma verde de ser humano.
La
tarde en la bruma lentamente iba muriendo
con la clara fatiga de silencio y de espera;
el desconocido espacio, la celeste esfera
la nieve abundante, blanco misterio latiendo.
con la clara fatiga de silencio y de espera;
el desconocido espacio, la celeste esfera
la nieve abundante, blanco misterio latiendo.
Al
abrirse las ventanas del cielo, un grito
de asombro y de ternura retumbó en el abismo
como plegaria de vida que nació allí mismo
mientras la tarde se esfumaba en el infinito.
de asombro y de ternura retumbó en el abismo
como plegaria de vida que nació allí mismo
mientras la tarde se esfumaba en el infinito.
Y
allí estaba el viento, el silencio y el blanco manto
con brillo de diamante a la luz de mi mirada;
el Torre, el Fitz Roy… gigantes de piel helada,
alimentando la pureza del río y su canto.
con brillo de diamante a la luz de mi mirada;
el Torre, el Fitz Roy… gigantes de piel helada,
alimentando la pureza del río y su canto.
Ñires
anaranjados vistiendo los rincones,
pájaros ausentes refugiando su ternura
por donde circuló mi alma, libre de ataduras
en busca de ese sueño, hacedor de ilusiones.
pájaros ausentes refugiando su ternura
por donde circuló mi alma, libre de ataduras
en busca de ese sueño, hacedor de ilusiones.
Etel Carpi, poesía visual para el cuadro "Desencuentro de colosos"
De su libro: EL PAIS QUE YO VIVÍ.
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