Acaba de salir la nueva edición del cancionero infantil CANTEMOS A LA NATURALEZA , en su momento se sabrá la fecha de la presentación del mismo.
La música es entre todas las artes, la más perfecta y obliga a quien la escucha o la
practica a pensar en la belleza en sí porque los sonidos son bellos en sí mismos.
Y como va más allá de nuestra facultad de conocimiento, obliga al alma a elevarse
más y más hacia la espiritualidad. Por lo tanto, la música como arte y como ciencia es
agradable para ser gozada y cultivada y también es útil para iniciar al niño en la búsqueda
de la belleza tras de la cual se encuentra la perfección, a la que debieran aspirar todas las
almas para lograr una existencia armónica, sana y feliz.
Y qué mejor que apelar a la música para introducir al niño al conocimiento de la naturaleza,
fuente inspiradora de todas las artes y depositaria de los sonidos que son la base
de lo que llamamos música.
Mi interés en este cancionero esencial es el deseo de familiarizar al niño -por medio
de canciones con ritmos nuestros- con la naturaleza de nuestra Patria, para que aprenda
cantando y jugando a conocer y amar a los representantes típicos de la geografía animal
y vegetal Argentina.
Con estas canciones trato de cubrir -en parte- la falta de material sobre el tema, siguiendo
una vez más con mi tarea de unir arte y naturaleza. Por esa razón acompaño cada
canción con una ilustración descrita y una pequeña explicación para ubicar al niño en el
conocimiento de ese ser al que le está cantando.
Queda a criterio del profesor de música la instrumentación de cada canción, limitándome
a dar algunos ejemplos porque considero que es mejor dejar en libertad de acción
al docente especializado para que valiéndose de su imaginación pueda lograr los mejores
resultados con sus alumnos.
Por último, deseo agradecer a la profesora Nélida Di Giorno de Pérez por sus consejos
y asesoramiento en cuanto al grado de dificultad de las canciones según los niveles;
reconociendo su valiosa experiencia en el trabajo cotidiano con niños.
Es mi deseo contribuir -esta vez valiéndome de la música, la más pura de las artes- al
conocimiento de la naturaleza de nuestro País, para amarla y protegerla. ¡Y cómo entonces,
no pensar en los niños!
Etel Carpi
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