EN
PERU Y ARGENTINA DOS LUGARES UNICOS:
TICLIO Y EL ACAY
Por
Etel Carpi
La
altiplanicie de la Puna, tiene en nuestro País una gran importancia geográfica
en la que se refiere a extensión, pues ocupa buena parte de las provincias de
Jujuy, Salta y Catamarca. Y es sin duda, uno de los ambientes de altura de
características más notables y definidas. Su altiplano se desarrolla siempre
arriba de los 3.500 metros de altura, los bolsones se hallan a una altura media
de 3.800 metros y las sierras que los demarcan se elevan por sobre ellos de
1.000 a 1,500 metros más.
El marco que ofrece la vegetación es
sumamente pobre debido a las condiciones climáticas (poca precipitación,
sequedad atmosférica, gran amplitud diaria de la temperatura, vientos fuertes).
Hay extensos salares; y la vegetación es
enana en forma de cojín o roseta. Sólo a la vera de ríos o en sus valles crece
una vegetación más importante, incluso en la ladera de los cerros. Donde hay
mayor protección contra los vientos se pueden ver árboles de hasta 5 metros de
altura. Todo esto condiciona la fama del lugar que por esas mismas
características de inhospitalidad no ha sido estudiada como debiera y
permaneció olvidada en el tiempo.
Sin duda, otrora, este ambiente tan especial
estaba poblado de camélidos (guanacos, llamas, vicuñas,) pero el hombre, con su
despiadada persecución ha disminuido mucho el numero de éstos, haciendo que hoy
en día ya no se encuentren guanacos ( los que quedan, se limitan a toda la
extensión Patagónica). Las llamas están domesticadas y las vicuñas salvajes
sólo es posible encontrarlas en determinados lugares donde se les brinda
protección (como es el caso de la Reserva de San Guillermo en el oeste de San
Juan), o confinadas a lugares de cierta inaccesibilidad, como la zona del Abra
Acay en la Puna Salteña.
Precisamente, hoy me interesa hablarles de
Abra Acay, porque con Ticlio en Perú pueden darse el lujo de ser los pasos para
automóviles más altos de América. Una razón más para hermanar ambos países ( la
geografía también los une).
Por mi parte, como argentina, tengo la
obligación de presentarles a El Acay y ver cuales son las similitudes y
diferencias con Ticlio.
Ascender a Ticlio resulta más cómodo por ser
carretera de paso obligado desde la costa a la sierra y viceversa. Ascender al
Abra Acay es –en cambio- toda una aventura, porque la carretera ( apenas una
huella pedregosa por donde transitan felices las vicuñas) no une lugares de
gran importancia, y entonces ( a pesar de ser ruta nacional), no cuenta con mayor
mantenimiento, agravado todo eso por las condiciones del tiempo que sólo
permiten un tránsito más o menos tranquilo durante los meses de la primavera y
el otoño.
El Abra Acay con sus 4.901 metros de altura,
es el punto culminante donde desde la Puna se pasa a transitar los bellísimos
Valles Calchaquíes, allí están las nacientes del río que les da su nombre: el
Calchaquí, al pie del Nevado del Acay con sus 5.900 metros.
Este paso carretero que parece tragarse toda
la sugestiva soledad de la Puna y sus misteriosas montañas, une dos hermosas
aunque pequeñas ciudades Salteñas: San Antonio de los Cobres ( 3.773 metros)
con La Poma ( un lugar de ensueños).
Allí luna sinfonía de montañas nos envuelven:
los Andes por el oeste, el nevadísimo volcán Quewar como una alucinación, las
nacientes del río Calchaquí, el espejo salino de las Salinas Grandes en la
lejanía, como un claro de luz y de misterio.
Por el camino cruzan manadas de vicuñas,
felices de su libertad en uno de los pocos lugares donde no se las molesta.
No importa la falta de oxígeno, la soledad
amenazante, los silencios desgarradores, ese mundo muerto de piedras
cenicientas, porque el sol calienta, hay nieve cerca y nacen arroyos, y se
escucha entre el viento y el silencio, un canto de ave enseñándonos que también
hay vida, que también allí pueden existir los sonidos.
Así es Abra Acay: el hermano Argentino de
Ticlio en Perú.
Octubre
1999
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