MI REALIDAD DE LAS FANTASIAS Y LOS
SUEÑOS
Mi alma y mis ganas, miran al Norte
de mis más caros sentimientos,
me abandonan y se van.
Se van a donde tu estás.
Si es por las mañanas, vuelan por el
espacio sin nubes
o caminan el sinuoso sendero para
encontrarte,
hermoso, solitario, en la cúspide o en
el brazo cactáceo.
Te contemplan de cerca, sutil AIRAMPO
(*).
Regresan y me cuentan que te han visto y
yo les creo.
Si es por las noches, mudas
después, bulliciosas primero,
en el carruaje del insomnio, llegan a ti
de nuevo.
Tratan de hacerlo cuando estés durmiendo
para que nada,
ni ellas, perturben la paz de tus
silencios.
Cuando vuelven me cuentan (yo les creo)
que
mi alma, por ejemplo, al arribar se
queda
sentada a los pies de tu cama, leyendo.
De vez en cuando te mira y celosa, no
deja entrar a tu cuarto
ni el brillo argento de la luna ni los
destellos del cielo.
Mis ganas (que son muchas) las de
tenerte, por ejemplo,
relatan que se postran al costado de tu
cama y
muy suave, con sus dedos, acarician los
castaños de tus cabellos.
La de cuidarte y mimarte me djeron que
despacio, muy despacio,
te lebantan en sus brazos, posan tu
cabeza en su pecho y
a tu corazón de niña le narran un
cuento. El cuento de una PRINCESA,
armadura, castillos, caballería y
caballero.
Las ganas de amarte, bueno...
me contaron que una noche, a un descuido
de mi alma,
complices las otras ganas, en la frente
y en tus manos
¡te dieron mil besos!
Y mis ganas de cantar... hay mis
ganas de cantar...
van pero se quedan lejos.
Se comenta que las vieron por el cerro y
por el cerco,
por el puente y por el río, hasta en el
andén de un recuerdo.
Aseguran que "escucharon" al
silencio de esas ganas cantar,
con el tono esperanzado del anhelo
y con utópicas liras
que:
" ¡Te amo y te amaré,
LUCERO!"
(*) AIRAMPO: hermosa flor del cactus (planta cactacea de la puna Salto-Jujeña - Noroeste argentino)
Juan Manuel Espejo
Salta - Argentina, 22 de Julio de 2009.
REALIDAD
QUE TAMBIÉN ES MÍA
(Recreación del poema anterior a modo de respuesta)
Tus ganas que te abandonan
se cruzan con mis ganas
que transitan la llanura
para arribar a tu cima encrespada.
Y en ese ida y vuelta
en el andén de la tarde invernal
se desvanece el silencio para acariciar
tus manos que me tocan
sin perturbar la paz de mis sueños.
Mis manos que te buscan
en el sueño donde llegan a ti.
Tus ganas de cuidarme y mimarme
mis ganas de amarte despacio
como en los cuentos de la PRINCESA
armadura, castillos, caballería y caballero.
Varias noches
en mi frente tibia
y en mis manos quietas
sentí ¡tus mil besos!
y mi alma se salió del cuerpo
para elevarse hasta el cielo
y caer luego a fundirse con tu alma
en un abrazo etéreo.
¡Ay lucero!
“te amo y te amaré” dijiste
y yo muero cada noche
en el insomnio de
tus versos
asfixiándose en el beso eterno
de mis versos.
ETEL CARPI.
En Los
Toldos, 12 de agosto de 2009
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